6.7.10

Lo empezamos a construir por el tejado

Y ardía. Una vieja foto nos endulzó la boca junto con la copa del Rhône. À la Place des terreux je t'ai vu!! ¿Quieres una vida nueva? Contesté. Allons-y chez moi....

Las mujeres francesas son esbeltas y delgadas. Son de rasgos finos, como sus manos, delicadas como unas perlas, a veces negras...

Le pasé la palma de la mano por el cuello, con fuerza, subiéndole el pelo por detrás y agarrando su cráneo con mis dedos. Doucement, s'il te plaît.... ¿ahora me tuteas? Ven. Nos tumbamos en el sofá. Cada una de sus piernas con cada una de mis manos se distanciaban. Los ojos bien cerrados, y aullando. Mis labios carnosos acompañaron a la lengua en su mágico viaje. 

No hay nada como hacer el amor descalzos, y con ganas.

NACHO HUERTAS

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