16.5.11
12 breves cuentos
el sepulturero
14.5.11
Gracias a Benedetti
No te salves
No te quedes inmóvil
al borde del camino
no congeles el júbilo
no quieras con desgana
no te salves ahora
ni nunca
no te salves
no te llenes de calma
no reserves del mundo
sólo un rincón tranquilo
no dejes caer los párpados
pesados como juicios
no te quedes sin labios
no te duermas sin sueño
no te pienses sin sangre
no te juzgues sin tiempo
pero si
pese a todo
no puedes evitarlo
y congelas el júbilo
y quieres con desgana
y te salvas ahora
y te llenas de calma
y reservas del mundo
sólo un rincón tranquilo
y dejas caer los párpados
pesados como juicios
y te secas sin labios
y te duermes sin sueño
y te piensas sin sangre
y te juzgas sin tiempo
y te quedas inmóvil
al borde del camino
y te salvas
entonces
no te quedes conmigo.
"Si no sabes volar"
Poema de Oliveiro Girondo.
Film "El lado oscuro del corazón", Eliseo Subiela.
Ciudad de Buenos Aires
Nacho Huertas
resaca y libido
Nacho Huertas
El volátil uso de la mierda de las palomas
amor y diván
Nada era normal; de improviso, Carla dejó su cuaderno y movió su pequeño cuerpo hacia donde yo estaba. Acercó en exceso su rostro al mío y a partir de ahí ya no albergué dudas:
- ¿Por qué no me dejas que te bese con el amor que siento hacia ti?- Me susurró. Yo, todavía con el rostro incrédulo respondí;
- ¿No entiendo?¿Qué le sucede? ¿Está usted bien?- Demasiado bien es lo que estaba. Dijo:
- No seas tonto, deja que nuestras manos y nuestros labios se crucen y acerquémonos unidos al amor. A ése profundo y sincero que sólo dos animales heridos como tu y yo pueden alcanzar. Somos los privilegiados. Vayamos a ese amor con sexo de un sábado tarde de lluvia en la ventana. ¡Que todos oigan nuestros gritos! Y esos aullidos serán la salida del infierno y la llegada al ansiado paraíso sin dolor. Tu mano debajo de mi blusa puede recorrer caminos inconclusos que te rodearán de perfumes y flores.- Cogió entonces mi mano y la puso sobre su pecho. Agregó:
- Además, Nacho, si consigo que sobre tu triste espalda resbale una gota de sudor de invierno en la cama; si logro arrancar de tus entrañas la lencería de otras, te aseguro entonces que todo habrá acabado y serás otra vez sano para siempre jamás.- Yo, con voz temblorosa no pude más que agregar:
- E..stá bien, pero ¿aquí o en mi casa?- Y ella respondió ágil:
-Siempre donde nos lo pida el cuerpo Nacho, donde nos lo pida el cuerpo...-
-Entonces- le dije atraiéndola a mi; -quítese la falda.-
Nacho Huertas.